Autenticos origenes del saludo en V

AUTENTICOS ORIGENES DEL SALUDO EN V

por JFERRAN, socio AND nº 71

Hoy en día es aceptado atribuir al piloto británico Barry Sheene el saludo en V entre los moteros debido a su costumbre de celebrar sus éxitos en los circuitos levantando el brazo y colocando los dedos índice y medio en forma de V para celebrar su victoria.

Esto es cierto, y no pretendo desmitificar a este carismático piloto, pero la verdad es que Barry Sheene no fue el primero en celebrar las victorias de esta manera. Antes que él lo popularizó otro personaje también carismático en el terreno político, el Primer Ministro Winston Churchill, durante un período difícil para los ciudadanos británicos: la Segunda Guerra Mundial.

Pero tampoco se le ocurrió a Churchill este signo. La V de victoria ya se utilizaba en Gran Bretaña desde principios del siglo XV tras la victoria inglesa en una famosa pero intrascendente batalla contra los franceses durante la Guerra de los Cien Años y que fue relatada –exageradamente ensalzada, por cierto- por el escritor inglés William Shakespeare en su libro El Rey Enrique V (King Henri V).

Tanto la biografía de Barry Sheene como la de Winston Churchill os serán seguramente más sabidas, por lo que me las saltaré y os explicaré algo sobre la Batalla de Agincourt, origen del signo de victoria, la cuál será probablemente mucho menos conocida :

La batalla de Agincourt, 24 de octubre de 1415, se desarrolla en el contexto de La Guerra de los Cien Años. Este fue un prolongado conflicto armado que duró en realidad más de 116 años

(13371453) entre los reyes de Francia y los de Inglaterra. Esta guerra fue de raíz feudal, pues su propósito no era otro que dirimir quién controlaría las enormes posesiones de los monarcas ingleses en territorios franceses desde 1154, debido al ascenso al trono inglés de Enrique Plantagenet, conde de Anjou y casado con Leonor de Aquitania. Tuvo implicaciones internacionales pues también participaron por el bando inglés Borgoña, Portugal y Bretaña, y por el bando francés, Castilla, Escocia, Génova, Mallorca, Bohemia y Navarra . Finalmente y después de innumerables avatares, se saldó con la retirada inglesa de tierras francesas.

La batalla de Agincourt fue una desigual batalla ganada contra todo pronóstico por los ingleses. Según narra Shakespeare, los ingleses en menor número y gracias a la destreza de los arqueros galeses, vencieron y masacraron a un ejército mucho mayor en número y mejor equipado.

Los arqueros galeses usaban arcos largos y eran temidos por el enemigo por su habilidad, puntería, velocidad de disparo y sobretodo, por el alcance de sus flechas en comparación con las ballestas, con mayor potencia de penetración pero con menos alcance.

Tanto era así, que cuando los franceses les capturaban tenían la antipática costumbre de amputarles los dedos índice y medio, que son los utilizados para tensar el arco y sujetar la flecha. De esta manera los neutralizaban permanentemente en caso de intercambio de prisioneros o huída, asegurándose que no volverían a poder luchar.

La verdad es que hoy se puede demostrar que, en realidad, no ganaron los ingleses sino que perdieron los franceses. La causa fue el terreno fangoso donde sus equipos y armaduras demasiado pesadas les restó movilidad en el campo de batalla y se quedaron a merced de los arqueros, pero también es cierto que fueron precisamente los arqueros galeses quienes, una vez finalizada la batalla, humillaron a los prisioneros franceses mostrándoles sus dedos índice y medio, como muestra de que seguían conservándolos.

A partir de esta batalla, los ingleses, cada vez que iban a entrar en combate, volvían a mostrar a los franceses los dedos índice y medio como recuerdo a la victoria obtenida en Agincourt. Y no sólo en combates antiguos, a día de hoy todavía es una forma despectiva de saludar a los

franceses, que como sabréis nunca han merecido la simpatía de los británicos.

JFerran

Barcelona, mayo 2007