Hay un dicho popular que dice: "Más vale tarde que nunca".
Además según el dicho motero: "Si no hay foto, no hay moto".
Por todo lo anterior os pongo un par de fotos de mi Deauvi ¡Las primeras que hago no os creáis!


Las he tomado durante la primera salidita que hemos hecho con ella. Ayer quedamos algunos amigos a hacer una rutilla desde Torrelaguna hasta Tamajón. Hubo de todo, un tiempo fantástico, unos paisajes impresionantes, fantásticas carreteras de curvas... ¡Tuvimos hasta una avería!.
Me tocaba a mi ser el líder. Hacía un rato que dudaba de que el tomtom nos estuviese llevando por el sitio correcto. La carretera tenía peor firme en cada desvío que tomábamos. En un cruce en que había un pequeño apartadero paré para comprobarlo, las tres motos en fila. El compañero que iba el último se adelantó hasta ponerse a mi lado. Le dije que dudaba del Tomtom. Apagó el motor de su carísima BMW 1200 GS, refrigerado por aire, para no sobrecalentarlo. Estuvimos comprobando que íbamos por el camino correcto. Al ponernos en marcha la BMW se quedó extrañamente retrasada. A medio kilómetro de inmensa recta la BMW aún no se movia. Decidimos dar la vuelta para ver que pasaba. ¡La moto no arrancaba!.
¡Al girar la llave de contacto y pulsar el botón de encendido la moto no hacía nada! En la pantalla digital aparecía un mensaje: "EWS". Según el manual de instrucciones la codificación magnética de la llave no era la correcta. ¡La moto creía que estábamos intentando robarla! Tras varios intentos infructuosos no nos quedó otra alternativa que llamar a la asistencia en carretera de BMW.
Estábamos en la GU-1052, en el desvío hacia Tortuero. En previsión de que la espera iba a ser larga decidimos comer. El mecánico apareció cuando estábamos terminando. Nos dijo que no era un fallo de la llave sino del lector de la codificación magnética. Para el caso era lo mismo, la moto seguía sin arrancar. En un alarde de habilidad y utilizando medios poco lícitos que no nos terminó de explicar, consiguió que la moto arrancase. Como era domingo y los talleres estaban cerrados, recomendó a nuestro compañero que volviese directo a casa y la llevase al taller el lunes y terminó con una advertencia: que no se le ocurriese parar la moto...
¡Arráncala! ¡Por Dios arráncala!:
