"El viaje no termina jamas...El objetivo de un viaje es solo el inicio de otro viaje"
Salimos de Bilbao ya lloviendo, las previsiones climatologicas eran nefastas para estos días, daban mucha agua, viento e incluso nieve.
No fue para tanto aunque si hubo inclemencias.

Con el chubasquero puesto, lloviendo y con algo de niebla nos dirigíamos a Burgos por autopista para recoger a nuestros tres compañeros de viaje.
Pasar el desfiladero de Pancorbo y salir el sol fue instantaneo, me recordo a la pelicula de "Ocho apellidos vascos" cuando cruza hacia Mordor,nosotros al reves.

A pesar del solecito, que se agradecia, hacia mucho frio por lo que no nos deshicimos del chubasquero, que tambien actuaba de cortavientos.
En Burgos cafecito y ya las tres motos ruta hacia Talavera de la Reina donde nos encontraremos a la hora de la cena con el resto del grupo.
En Roa nos cruzamos por primera vez con el Duero, rio que vamos a ver mucho en nuestra ruta y al cual vamos a seguir por tierras portuguesas, hasta su desembocadura en Oporto.

Pasamos Peñafiel "ciudad deavillera", seguimos hacia Avila cruzando tierras vallisoletanas y segovianas. Pasamos por Campaspero, donde según un buen amigo se come el mejor cordero del mundo, pero era temprano y no paramos a probarlo, otra vez sera.

Y entre viñedos Ribera del Duero, trigales verdes, castillos en la lejania e iglesias paramos a comer un poco más alla de Avila.

El camino de la tarde iba a ser más divertido púes cruzamos toda la sierra de Gredos, subimos por la zona oriental a unos 1500 metros de altura para luego bajar hacia Talavera.

En la sierra habia mucha gente paseando, ya que el tiempo estaba despejado y era festivo, aunque hacia viento frio, la gente se anima a salir.

El trafico aún asi era fluido y pudimos curvear con ligereza entre las enormes rocas graniticas que alli hay.

Fuimos pasando entre encinas y robles, el enebro en las praderas, y los restos bien conservados de una calzada romana construida entre los siglos I a.C. y el V d. C.y que ha servido lo mismo como vía pecuaria que para facilitar el transito de tropas y mercancías entre las dos mesetas.Hoy es una bonita ruta senderista y un excelente mirador.

Nos acercábamos al destino y ya antes de entrar al centro de Talavera cruzamos y vimos alguno de sus famosos puentes. El paso del Tajo por esta ciudad ha hecho que se construyan cinco estupendos puentes a lo largo de su historia.
Destacar ,porque los vimos, el puente viejo o de Santa Catalina y el puente moderno de Castilla - La Mancha.

Llevaba una larga lista de cosas que ver en Talavera, pero entre ponte bien y estate quieto no nos dio tiempo a nada más. Me ha quedado pendiente para otra ocasión: la plaza del Pan, las murallas,los jardines y la basílica de Nuestra Señora del Prado... Ya tenemos excusa para volver..
Cena de grupo para saludarnos todos y "breefing" para explicar las rutas de los dos días posteriores.

Al final eramos 26 personas y seria conveniente hacer dos grupos para no ir muchas motos juntas.
A primera hora de la mañana salida desde la puerta del hotel hasta Lamego que era nuestra meta de hoy.

Cruzamos las dehesas extremeñas que estaban muy verdes al estar en las cercanias de los embalses del Tajo y por las lluvias de este año.
Se veía la primavera en todo su esplendor.
Lo que casi no vimos fueron los famosos cerdos extremeños, solo vi dos y casi de refilon, sin embargo habia muchas vacas y muchas ovejas.

Llegamos a Coria casi el grupo al completo, como ibamos bien de tiempo y mientras esperabamos a los que faltaban vimos un poco de esta bonita ciudad.
Fue fundada antes de que los romanos la ocuparan pero debe a ellos su nombre actual.Sus murallas,se conservan prácticamente en su totalidad y tienen algún añadido árabe y medieval. Tiene cuatro puertas, dos romanas y dos posteriores.

Nosotros entramos por la de al lado del castillo, que data del siglo XV y lo mandaron construir los duques de Alba, estaba cerrado por lo que lo vimos solo por fuera.

La catedral es gótica de transición con añadidos platerescos, y justo enfrente esta el palacio episcopal que hoy es un hotel de lujo, solo entramos al hall.

Entre Coria y Piedras Albas, que esta casi en la frontera, estaba la última gasolinera antes de la frontera, por lo que ha repostar todos juntos. Montamos una cola impresionante, entre los coches que ya había, las motos y los que iban llegando... estaba una chica sola y no se como lo aguanto...
Después de un buen rato, ya con retraso sobre el horario previsto pasamos Piedras Albas, último pueblo a este lado de la frontera, desde allí hay apenas seis km. hasta el puente que hace de frontera.
Este pueblo tuvo su importancia cuando la frontera funcionaba, ahora ha perdido mucha población por las pocas posibilidades de desarrollo de la zona.
El puente Romano que sirve de frontera fue construido en la misma época que el puente de Alcántara,su hermano mayor. Esta construido sobre el rio Erjas, tiene cinco arcos, los dos de las orillas son originales romanos, los tres del centro han sido reconstruidos en épocas posteriores.

Tuve allí la grata visita de mis amigos Pili y Antonio que pasaban unos días en Piedras Albas.
Nos adentramos ya en Portugal hacia Castello Branco, pueblo en el cuál veremos las ruinas de su castillo y las vistas que allí se contemplan.

Después parada para un refrigerio y fuimos a aparcar las motos debajo del paso elevado que une los jardines de la ciudad con el jardin "do paço episcopal". Son unos jardines barrocos, símbolo de la ciudad, tiene numerosas estatuas, fuentes y varios niveles comunicados por escalinatas. No vimos el laberinto que hacen los setos por las diversas avenidas que hay.

En todas las ciudades y pueblos portugueses las zonas más antiguas tienen el suelo empedrado que parece muy bonito pero es un poco incomodo e inseguro.

De allí adentrándonos por la sierra de la gardunha, fuimos a comer a Paul, en el restaurante Sogrelhados, comimos lo típico de la zona : además de entrantes varios, un puchero con alubias y arroz, unas verduras muy verdes y con bastante vinagre, y luego carnes varias a la brasa.

Empezó a llover con fuerza y así estuvimos toda la tarde, pero no nos quedaba más remedio que seguir ruta hasta llegar a Lamego.
Cruzamos la sierra de Estela, ya mojados hasta las entretelas, pero no nos importo parar a ver la cascada de "poço da broca", las fotos no son buenas porque ya tenia todo el objetivo mojado.

Una cascada preciosa para ver en un bonito día de primavera, pero así no.
Habia barro hasta el tobillo, pero no podiamos quedarnos sin foto!

Todo este lado de la sierra esta devastado por los incendios que ha habido año tras año en Portugal, y con el diluvio que estaba cayendo, la tierra no podía retener el agua , caía como verdaderas cascadas por las laderas hasta la carretera, así que había charcos que parecían lagunas.

Empezamos a ver muchas viñas, señal de que nos acercabamos a la zona del vino de Porto.

Seguía lloviendo sin parar, se hacia de noche y ya casi en la puerta del hotel nos despistamos de todos y nos quedamos solos debajo de una granizada impresionante , que nos hizo parar y esperar al lado de la moto hasta que paso lo gordo, el suelo estaba blanco, y a 5 km. por hora, casi parados, pudimos llegar al hotel resoplando como caballos.

En el bar del hotel había una chimenea encendida, que tras la ducha, nos vino de perlas para relajarnos y además poner la cámara a secar porque ya no respondia de la humedad que había pillado. Tanto a la cámara como a nosotros nos vino bien el relax y ya salimos a cenar con las pilas cargadas.
La cena lo tipico de la zona : cabrito con arroz asado al horno y bacalao al garçon, un vinito de Porto y una foto a los pies del santuario de nuestra señora de los Remedios, que veremos mañana de dia.
Lamego merece una visita más larga y pausada que la que hicimos, fue una de las primeras ciudades en ser sede del obispado por lo que tiene muchos edificios artísticos.

Nosotros, solo vimos el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios. Lo que mas llama la atención es la impresionante escalinata con 686 escalones en granito. En cada tramo, tiene nueve diferentes, hay plazoletas con fuentes, estatuas y azulejos. La Plaza de los Reyes es la más monumental, tiene en el centro la Fuente de los Gigantes, con un obelisco de 15 metros de altura sostenido por cuatro grandes esculturas que representan gigantes , por los cuales sale el agua, esta rodeada por 18 estatuas y presidida por un enorme panel de precioso azulejo azul típico portugues.



El templo por dentro es barroco con unos impresionantes retablos de talla dorada y rematados por un alicatado con azulejos azules y blancos.

Subimos al santuario rodeando su frondoso parque y observando las magnificas vistas que desde ali se veian.

No nos dio tiempo de más pero merecen la pena visitar, por lo menos eso dicen, la catedral, la ciudadela y el castillo.
Hoy el día es estupendo, despejado y con buena temperatura, así que hicimos una estupenda ruta siguiendo el curso del río Duero hasta Oporto. Paramos en algunos miradores y puentes para hacer alguna foto.


Rozando la media mañana llegamos a la ciudad de Oporto.
