El concept-car de los de Indianápolis es capaz de lograr un rendimiento similar al de un F1 actual dotado de un motor con menos de la mitad de potencia. Alcanza los 380 km/h gracias al empuje de un propulsor turbo de 2 litros y apenas 300 caballos, algo más potente que el de un Golf GTI. Pesa la mitad que los monoplazas que actualmente compiten en Estados Unidos y consumirá un 50% menos, lo que reduce radicalmente su impacto medioambiental, tan de moda últimamente en el automóvil.




