Pos sí, la sabiduría, hace que dejen de resaltar los blancos y los negros, surgiendo una enorme gama de grises, o dicho de otra manera: nos amariconamos

Pero el hielo es el enemigo invisible de los moteros. Sin ir más lejos la semana pasada con un sol maravilloso me fui de ruta hacia el puerto de San Isidro y en la zona del pantano (curvas orientadas al norte sin nada de sol en todo el invierno) el coche que llevaba delante patinó y se rozó lateralmente contra el guardarailes. Y ese fue mi aviso, porque la curva aparentemente no estaba helada. En fin que, mejor no arriesgar y compartir el placer de veros aunque sea en coche. Nos vemos el sábado.

Si no puedes cambiar la realidad, ensuéñala...