Vivís de mi dineroOscar Molina. Clases Medias.12 de diciembre 2009Paso fuera de mi casa y lejos de mi familia una media mensual de 360 horas (15días completos), contribuyo al fisco con un 40% de mi salario; entre impuestosdirectos, indirectos, tasas obligatorias y demás gravámenes, trabajo más de lamitad del año para el Estado. Pago un colegio a mis hijos, mientras financio unsistema de educación pública; me dejo un turrón en una póliza de sanidad privada,pero abono religiosamente mi correspondiente diezmo para que muchos puedantener cuidados médicos. De lo segundo no me quejo (a pesar de que nadie me loreconozca) y de lo primero no me quejaría si no fuese porque la educación públicaconsiste en meter a los niños en fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapiéen su adoctrinamiento en un conjunto de paridas sin sentido.Muchos están peor que yo. Se levantan a las 6 de la mañana, vuelven a casacuando sus hijos se van a la cama, conviven con la cotidiana amenaza de perder sutrabajo y hacen encaje de bolillos para que el fruto de su sacrificio vital les permitallegar a fin de mes.Y otros, de número creciente, están aún peor. Han perdido su trabajo y conservanescasas esperanzas de conseguir otro.Todos, de alguna manera, ponemos un montón de dinero para que vosotros, quesois muchos, os alimentéis de nuestra pasta.Porque vosotros, incompetentes ejecutivos de la nada, mediocres gobernantes denuestro Estado central, vivís de nuestro dinero. Sois parte un elefantiásicoentramado de Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitosvarios que contáis con un ejército de asesores, viajáis en coche oficial y reserváisClase Preferente en vuestros viajes privados, con mi dinero. A cambio, resultáistotalmente incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestraseguridad ni dentro ni fuera de España, no nos protegéis del desempleo, ni prestáisservicio alguno. Sólo se os ocurren normas para coartar nuestra libertad, paravigilarnos, atemorizarnos y decidir qué es bueno para nosotros. Tomáis posesión denuestra vida pública, privada y de nuestro dinero para complicarnos la vida, y parísnormativas orientadas a seguir siendo necesarios, a no permitirnos deshaceros devosotros.Por si fuese poco, inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a la sociedadreabriendo debates cerrados, legisláis para cuatro, y tenéis la jeta de pagar unsueldo a majaderas de manual sin el menor sentido el ridículo que nos hablan de“acontecimientos planetarios”. Todo con mi dinero.Vosotros, prebostes de alguno de los diecisiete gloriosos mini-estados autonómicos,también vivís de mi pasta. Unos subidos a cuentos imposibles como la fábula deAitor, otros mitificando a unos segadores de hace cuatrocientos años. Los demás, arueda de éstos, os habéis montado un chiringuito de consejerías, direcciones,subdirecciones, patronatos, embajadas y demás máquinas de gastar. Con midinero, claro está. Usáis la pasta que yo gano trabajando para fomentar lainsolidaridad y sembrar el odio a España; reclamáis la parte que vuestrosinverosímiles derechos históricos os adjudican para poder aumentar la pléyade devuestros deudos, para comprar votos con empleos a dedo. Vivís en la reivindicaciónpermanente que haga andar a una bicicleta que se caería si parara. Vosotros,garrapatas, no resistiríais el mínimo ejercicio de competencia para la obtención deun puesto de trabajo en el ámbito privado, vuestro único mérito es haber medradoen la estructura de un partido político. Y ahora, vivís de mi dinero.¿Y qué decir de vosotros? Sabandijas de los sindicatos de clase. Liberados deltrabajo, la responsabilidad y el cumplimiento del deber. ¿Cuántos sois? Sólo enMadrid, 3200; sólo en Madrid vuestro chollo nos sale a los contribuyentes por 77millones de euros. ¿Para qué? Para que tengáis el uniforme, el mono o la bata sinestrenar. Para que viváis de una novela en la que sois los únicos personajes,porque no representáis a nadie, sin acudir a vuestro puesto de trabajo. No tenéisafiliados, no defendéis nada, firmáis condiciones laborales de miedo para vuestrospresuntos representados, cobráis un canon por los ERE´s, o lo que es lo mismo,sangráis al currito en concepto de “asesoramiento” cuando le ponen en la calle; osdedicáis a hacer política, calláis cuando miles de currantes pierden su empleo porno molestar a otros chupones de vuestra cuerda, y ejercéis la protesta asimétricasegún quien gobierne. No valéis para nada, no arregláis nada, no solucionáis nada,no defendéis a nadie, algunos habéis conseguido llevar tan lejos vuestrostejemanejes que acabáis de directivos en vuestras empresas…y vivís de mi pasta.Y no me olvido de vosotros. Engreídos “creadores”, apoteósicos mediocres del artepresunto, vividores del mérito subvencionado y subvencionable. Vosotros tambiénvivís de mi pasta. Os señaláis la ceja para apoyar sin disimulo a quien os ha puestoen casa, alimentáis vuestra vida regalada de mis impuestos, y además me insultáis.Si no voto al partido que os gusta, podéis llamarme “hijo de puta”; si no comulgocon el Gobierno que os pone el pesebre pedís que se me encierre en un cinturónsanitario; si voto a quien no os mola, me llamáis asesino…todo eso después de queeste hijo de puta, asesino y carne de sanidad progre os haya dado de comer con sudinero, a cambio de que produzcáis bodrios infumables que tratan de ganar unaguerra 70 años después o que sólo sirven para que alguno pueda liberarse de suscomplejos, algunos sexuales.Habéis conseguido que todo hijo de vecino sea considerado delincuente preventivoy tenga que pagaros cada vez que se compra un teléfono móvil, una impresora, unordenador…Habéis forzado la máquina de quien tanto os debe como para permitirosreclamar el tributo a quien se bautiza, hace la comunión, se casa o baila en la plazadel pueblo; cualquier día nos sangraréis en nuestro entierro. Vosotros, bucanerosde la creación de medio pelo, no venderíais ni uno sólo de vuestros estofados en elmercado privado, no conseguiríais financiación ni para la décima parte de vuestraspiltrafas. La inmensa mayoría de los que vivís de mi contribución y de sirlarme, noseríais capaces de engañar a un inversor para que sufragase las medianías que noscolocáis. Vivís del cuento, y encima os ponéis chulos mientras me metéis la manoen la cartera. Firmáis manifiestos para los que no tenéis la menor legitimidad nialtura moral, y os auto designáis como el “mundo de la cultura”; entregáis rosaspor la Paz a los asesinos, os vestís de palestinos entre playa y casino, y no tenéisuna puñetera palabra para los que cayeron muertos de un tiro en la nuca, sin poderoler esas rosas que entregabais, mientras pagaban vuestros saraos y se retratabancada vez que compraban un CD.Todos vivís de mi pasta y sois muchos, cada vez más. Y nosotros cada vez menos....sin acritud
