Entre lluvias y virus de todo tipo (joerrr…. Tres meses y medio sin fumar y he cogido más catarros que en 46 años…) eran ya dos semanas sin salir.Yo la echaba de menos y ella (aún no lo entiendo…es que no la merezco) aún más a mí.Era domingo y me había despertado temprano. El cielo estaba grisáceo, pero algo presagiaba una jornada especial.Fui a buscarla y la encontré esperándome. Al percatarse de mi llegada diría que me miró directo a los ojos y sonrió con un guiño de complicidad…ella también presagiaba que aquella sería una jornada especial.En unos minutos estábamos respirando el aire fresco del campo, hablando de nuestras cosas, contándonos de qué manera nos habíamos echado de menos.Una fina llovizna caía, pero no fue obstáculo para nuestra salida dominical: simplemente fuimos (ambos ) con cuidado de no resbalar y hacer caer al otro con nosotros, disfrutando aún más si cabe el paseo al saberte protegido, mimado.Nos encontramos paseando por carreteras desconocidas, por parajes solamente conocidos de oídas, pero de una gran belleza acentuada por los reflejos de la llovizna que por estas tierras murcianas hace bello lo que toca, descubriendo juntos sitios a los que nos prometimos volver algún día.Disfrutamos de una especie de abandono placentero solamente alterado por la imagen de un zorro (hace años que no me cruzaba uno por la carretera) o por aquella liebre presumida que se empeñó en echarnos una carrera por el arcén.En un par de ocasiones incluso forzamos el ritmo hasta que ella reclamó sosiego, que la meteorología demandaba prudencia.Duró alrededor de dos horas. Esta mañana, cuando veníamos a la guardia, me lo ha recordado por el camino y hemos estado de acuerdo en que hemos de repetirlo pronto. Mientras tanto, yo sigo envuelto en la vorágine de estos últimos meses y pensando en ella a menudo, echándole de menos.Cuando eso ocurre hago como hace un rato, justo antes de escribir estas líneas, me asomo a verla, la acaricio y le echo un piropo y ella, presumida, se sonroja y me sonríe con ese guiño de complicidad, y nos emocionamos como zagales… Y ella se queda pensando en carreteras templadas, de piso firme y curvas amables.Y yo escribo estas líneas, porque sé que vosotros sentís lo mismo...

..."lo importante no es llegar, sino el camino recorrido"...
SOCIO A.N.D. nº 178