Aunque el titulo parezca mentira, no lo es, viajamos a la Muralla China de Guadalajara, un lugar increíble y que nos permitió conocer unas rutas y unos maravillosos paisajes por toda la sierra Pobre de Madrid y los pueblos negros de Guadalajara.
Por fin puedo decir que salimos de Bilbao con sol. Hacia una temperatura estupenda y un sol radiante, aunque por las carreteras riojanas soplaba bastante airecillo.
El primer tramo hasta Logroño, de allí por el Puerto de Piqueras hasta Soria.

Aunque pases mil veces por los mismos sitios siempre tienes nuevas sensaciones, colores diferentes y fotos nuevas que en otras ocasiones no te habías percatado.

En el alto de Piqueras paramos a repostar y a comer, ya eran las tres y media y teníamos hambre. Nos pusimos de viaje derechos desde el trabajo.
El embalse estaba a tope, de hace unos meses a ahora como ha cambiado.

De Soria a Almazan por la autovía y como en Soria, también hacia viento.

De allí hasta Pastrana que era el punto de encuentro, pasamos por Barahona, el pueblo de las brujas, por Cincovillas con sus casas de mampostería, por Bihuerga, pueblo con bastantes monumentos y casas solariegas y que además es la tierra de la Lavanda.Parece ser que en esta zona hay incluso más cultivo que en la Provenza francesa, pero como pasa la mayor parte de las veces, lo nuestro lo conocemos muy poco.

La lavanda como no es temporada no la vi, solo se veían los matojos en los que quedan sus raíces. Lo que luego es tan bonito, ahora era feo. Volveré en verano para ver sus campos teñidos de morado.
En Jadraque el castillo del Cid, nos vigilaba desde las alturas.

Vimos dehesas inmensas con sus cortijos, alguna se dedicaba a la cría del toro de lidia y tenían hasta su propia plaza de toros.

Y entre verdes y azules llegamos a Pastrana.

Bonito pueblo y con mucha historia. Fue declarado conjunto Histórico Artístico en 1966.

Destaca su palacio Ducal, donde residió la princesa de Eboli, y los conventos que fundo Teresa de Jesús.

Camilo Jose Cela en "Viaje a la Alcarria" dice de Pastrana"...cuando el viajero se asomó a la Plaza de la Hora tuvo la sensación de encontrarse en una ciudad medieval"
Dimos un paseo para encontrarnos con el grupo, ya que estábamos en dos hoteles distintos, y así pudimos admirar un poco el pueblo.

Entramos por el Arco de San Francisco a la Plaza de la Hora, su nombre le viene,de cuando la princesa de Eboli estaba confinada en el Palacio Ducal, solo la dejaban asomarse al balcón una hora al día. Pasamos el Palacio Ducal con su impresionante fachada y su único balconcito, el Palacio de los Burgos, la sinagoga judía, la casa de la Inquisición y llegamos a la Plaza de los Cuatro Caños.

Allí nos encontramos con todos, nos llevamos la grata sorpresa de la visita de Tere y Lucas, y tomamos unos aperitivos hasta la hora de la cena.
La cena en un sitio estupendo con buenas vistas, desde una terracita muy agradable que tenia. Destacar, aunque todo estaba muy bueno, una sopa de aromaticos con frutas de frutos rojos exquisita.
Después de tomar una copita en buena compañía, un paseito hasta el hotel por este bonito pueblo.
A la mañana siguiente en el salón de actos del Palacio Ducal celebramos el breefing y reparto de detalles por parte del motoclub Gandia. El ayuntamiento tuvo unos detallitos en forma de pasteles y bombones riquísimos.

Cogimos dirección Guadalajara para encaminarnos hacia la sierra Pobre de Madrid y los Pueblos Negros de Guadalajara.
Pasamos por una alfombra amarilla que últimamente se extiende por los campos españoles, es colza. Su cultivo se esta extendiendo porque es altamente rentable frente a otros cultivos que necesitan más cuidados.

Es un aceite barato y los nutricionistas destacan sus propiedades, pero en España casi toda la cosecha se exporta, los consumidores no la quieren tras la tragedia en el 81 que provoco 700 muertos.Aquí solo se usa para producir biodiesel o piensos animales. Pero es una cosecha en expansión, así que veremos muchos campos amarillos.
Pasamos por la Aldea Santillana, es la antigua residencia de los Mendoza y esta formada por tres conjuntos historicos, el castillo de Mirabel, el palacio Santillana y la capellanía de Mendoza, se encuentra entre el Berrueco y Cervera de Buitrago y hoy en día se ha reconvertido en una finca para bodas.

Nos detuvimos en el embalse de El Villar que esta situado en el curso bajo del río Lozoya, en la sierra de Guadarrama. Se escogió una garganta cerrada para ubicar la presa, asi que ahora se ven unos paisajes espectaculares.


Fue la primera presa de planta curva del mundo y esta característica forma la ayuda a soportar mejor las presiones laterales. Ahora estaba a tope de agua.

De ahí a Robledillo de la Jara, pasando entre robles y jaras como su propio nombre indica.
Por una carretera con tramos muy mal asfaltados fuimos hasta Puebla de la Sierra, contemplando unos paisajes poblados de robles y pinos, y sobrevolandonos águilas y buitres.

Toda la zona esta muy despoblada, y la mayor parte de los pueblos no llegan a los 100 habitantes.
Puebla de la Sierra es pequeño pero muy bonito, destaca su plaza Mayor, con el Ayuntamiento presidiéndola, la Iglesia de la Purisima Concepcion, con su torre vigilando nuestras motos, y sus casas típicas serranas sobre sus calles empedradas.


Llama la atención todas las esculturas salteadas por todo el pueblo. Lo llaman el Valle de los sueños y es una propuesta para sacar el arte a la calle, hay en una ruta de 1.5 km más de 100 obras escultóricas donadas por artistas, para integrarse con el entorno natural.


De allí subimos, después de comer, al alto del Puerto de la Puebla.

Contemplamos unas vistas espectaculares de toda la sierra de Guadarrama.

Luego a la Hiruela, y antes de llegar a Corralejo en un extenso pinar, se nos averia la moto.

Se quedaron con nosotros varios compañeros, entre ellos por supuesto Emilio y Rocio. Los hombres se dedicaron a lo que más les gusta, sacar las herramientas y desmontar cosas y nosotras a charlar, que también nos gusta un rato.
Cuando vieron que se nos había partido el rodamiento, nos dijimos se acabo el viaje. Para llamar a la asistencia no había cobertura y los chicos se tuvieron que desplazar para poder hacer las gestiones. Hasta que llego la grúa se quedaron con nosotros Emilio y Rocio, Jose y Miguel, el resto del grupo siguió viaje.
Después de subir la moto a la grúa, yo con Jose y Juantxu con Miguel, seguimos la ruta hasta Atienza.


Pasamos Corralejo y seguimos hacia Campillo de Ranas.

Enseguida se divisa la Muralla China de Guadalajara. La carretera es tan secundaria que no aparece en el mapa.

Todo esta construido con pizarra, incluso el puente, parece una carretera de otro tiempo, que se mimetiza con el entorno.

La pista es de cemento con estrías para cuando hiela, tiene unas pendientes hasta del 18 %, serpentea sobre un cañón por el que discurre el río Jaramilla,entre mojones y almenas de pizarra y rocas vestidas de verde por los líquenes, te transportas a otro tiempo y a otro lugar.

Muchísimas gracias a nuestros compañeros porque hubiéramos lamentado muchísimo si no hubiéramos podido continuar, perdernos algo así.

Campillo de Ranas es uno de los pueblos negros mejor conservados. Todo en él es de pizarra negra.

Pasamos por Tamajón y por la ermita de los Enebrales y en dirección hacia el pantano del Vado esta la ciudad Encantada de Tamajon, que es como la de Cuenca, pero en miniatura.

Las piedras calizas erosionadas por el viento y el agua toman formas caprichosas para regocijo de los turistas que allí se retrataban.
Entre sabinas y enebros nos dirigimos hacia Atienza.
El hotel, un antiguo monasterio reconstruido, era muy coqueto, con un montón de rincones curiosos, como la antigua capilla hoy pista de baile y de copeo.


Cenamos plácidamente y luego nos relajamos, con un bailoteo, y un futbolin.

Mañana sera otro día y a nosotros nos tocara quedarnos aquí. A las tres vendrá un taxista para llevarnos hasta Aranda de Duero y de allí a Bilbao, en autobús. Esta vez la asistencia ha dejado un poco que desear.
A la mañana siguiente, nuestros compañeros tardaron más de lo previsto en sacar las monturas del parking, pòrque era un sitio reducido y con mucha gravilla.

Después de un trabajo en grupo,salieron a la carretera y ya con el retraso allí mismo nos despedimos, ellos camino a Siguenza y Moreta, y nosotros a hacer una visita a pie a Atienza.

El pueblo tuvo mucha importancia en épocas anteriores, por eso tiene mucho patrimonio artístico, aunque ahora le ha afectado también la despoblación. En la Iglesia de la Santísima Trinidad que es también museo de arte sacro, estuvimos hablando con una señora muy maja, que nos contó muchos detalles del pueblo. Llegaron a ser diez mil habitantes y ahora solo hay 463 y con cuatro pedanias a su cargo.
La Iglesia es de estilo barroco con varios retablos dignos de ver como el de la Sagrada Familia y el de la Purisima Concepcion.
En el museo tiene obras curiosas como una caja de difuntos que me llamo la atencion, y luego verdaderas obras de arte como el Cristo del Perdon de Salvador Carmona, que según la señora alguna vez lo han prestado para las Edades del Hombre y además de hacerle un seguro de "mas de un millon de euros", lo guardaban y movian mejor que a un enfermo¡¡¡
Nos enseño dos curiosidades de la iglesia, la caja fuerte que tenían con dos puertas y dos llaves cada una, se llevaban una llave cada uno y si no se ponían todos de acuerdo no se abría la caja fuerte.
Y en un alto una rejilla también cerrada con llave, donde dice que guardaban las cosas de la dote de las casaderas, y el dia de la boda la abrian y entregaban a cada una lo suyo.
La señora voluntaria para que no se pierda el patrimonio, nos hizo super amena la visita, y luego muy agradable nos regalo un aragonito, mineral típico de allí, y un fósil, de cuando Atienza estaba cubierto por el mar.
Nos contó la tradición de la fiesta de la caballada, en la que conmemoran cuando los arrieros le salvaron la vida a Alfonso VIII, menor de edad y que su tío quería matar para quedarse con la corona de Castilla.
Seguimos con la visita al pueblo, subiendo poco a poco al castillo.

Aparte de restos de su impresionante muralla rocosa, se conserva la torre, a la cuál se puede subir y disfrutar de unas vistas impresionantes.

Hacia un día estupendo para pasear, recorrimos el pueblo viendo la iglesia de Santa Maria, en cuya entrada esta ubicado el cementerio. La iglesia de San Gil que además es museo arqueológico y tiene una pila bautismal románica muy bonita.
Pasamos por la plaza de España, con su fuente de los delfines o de Carlos III, del siglo XVIII, con sus figuras de peces, tiene tambien su torre con reloj, el ayuntamiento son su escudo y el palacio del XVI. Es ademas una plaza curiosa porque su forma es triangular.Cruzas el Arco de San Juan o Arrebatacapas y estas en la plaza del trigo, con unos soportales muy curiosos y sus casa solariegas.


Nos sentamos en una terraza a tomar el aperitivo y luego al hotel a comer y recoger los bártulos que habíamos dejado en el guarda-maletas.

El taxista llego un poco antes de la hora y al recoger las cosas ohhhh....casi doy un brinco, mirar lo que cayo de nuestra ropa.

Un ciempiés gigante, que muerde y es venenoso.
No quiero ni pensar si me llego a poner el casco.Vale que era un antiguo monasterio y ese bicho vive entre las piedras pero me da grima todavía cuando me acuerdo.
Taxi hasta Aranda por las tierras sorianas, que el taxista nos iba documentando.
Nos enseño en lontananza el castillo de Gormaz, una fortaleza califal, que llego a ser la más grande de su época en Europa.

Nos contó que toda esta zona pertenece a la ruta del Cid, a la ruta del Quijote y a la ruta de las lanas, que yo nunca había oido, y es la ruta que une Alicante con Burgos y enlaza con el camino de Santiago francés. En su origen era una ruta ganadera que seguían los esquiladores y comerciantes relacionados con la lana.
Llegamos pronto a Aranda, y el autobús no salía hasta las 17.45 h. por lo que metimos los bártulos en una taquilla y esperando que no saliera otro inquilino, nos fuimos al pueblo a dar una vuelta.
Me entro mono de moto y tuve que montarme en una.

Cuando comenzo a llover volvimos a la estacion de autobuses, cruzando el Duero, que bajaba a tope.

Luego de allí en autobus a Bilbao.

Agradecer al motoclub Gandia la preparación de este evento, muy especialmente a Miquel y Lola por su excelente trabajo y dedicación.
A Motodes por hacerlo posible.
A Lucas y Tere por su grata visita.
A todos los participantes por los buenos momentos y la solidaridad.
Por supuesto a Miguel y Jose por ser nuestros fantasticos pilotos.
A Emilio y Rocio por estar siempre ahi.
Y sobre todo a mi motero favorito por adaptarse a todas las circunstancias con paciencia y buena cara.
Hago mia la frase de un compañero :" un motero nunca esta solo", por eso y por mucho más ME ENCANTA VIAJAR EN MOTO.